Qué sabio era Platón, que ya en la antigua Grecia dijo: "De poco nos va a servir tener un micrófono bien colocado si luego no lo tenemos correctamente ajustado..."
Pues eso, que no hay nada más desagradable que estar viendo un espectáculo y que el sonido del micrófono suene sucio, distorsionado o saturado. Es casi peor que entrar a una tienda y que tengan la radio a tope y mal sintonizada. Y luego ¡venga a tomar ibuprofeno!
En teatro de sala a mi no me gusta que se note que hay un micro. Ni a la vista ni al oído. (Pero tampoco me gusta que se note que falte ese micro porque no se oye lo suficiente). Me gusta que suene lo más natural posible y al mínimo volumen que permita que la voz se entienda desde la última fila.
Para que el sonido llegue limpio al público tenemos que empezar ajustando la petaca del inalámbrico. Normalmente tienen un ajuste llamado "gain" o "sensib" o incluso un conmutador "line/mic".
Y los receptores de los inalámbricos suelen tener un indicador del volumen del micrófono, o cuando menos una lucecita roja que se enciende si llega demasiado volumen. Si estamos usando un micrófono colocaremos el interruptor (si lo lleva) en "mic" y ajustaremos la ganancia ("gain" o "sensitivity") al mínimo. Entonces comenzaremos a hablar. Mejor dicho, a gritar. A soltar nuestros hipogritos huracanados mientras subimos poco a poco esa ganancia, el volumen que estamos enviando desde la petaca del emisor, hasta que veamos que el indicador del receptor llega a tope. Y una vez ahí bajamos un poquito para que nunca llegue a ese volumen máximo. Si llega volumen de más sonará sucio o incluso puede dejar de sonar momentáneamente.
Si estamos utilizando un mezclador de audio tendremos otro ajuste de gain (o "TRIM") a la entrada del canal. Repetiremos aquí la operación; la pondremos al mínimo y subiremos poco a poco hasta que veamos que está a punto de llegar al tope cuando estemos en nuestro volumen máximo de voz. Normalmente los mezcladores tienen en cada canal un indicador llamado "peak" que se pone rojo si llega demasiado volumen. Si llega demasiada señal, demasiado volumen aun con la ganancia al mínimo entonces tendremos que bajar el nivel de salida del receptor (OUT o AF OUT).
Sobra decir que emisor y receptor tienen que estar ajustados en la misma frecuencia, en el mismo canal.
Hay otro ajuste al que normalmente no se le hace mucho caso. Es el SQUELCH. Es un supresor de ruido que tienen los receptores para actuar cuando el emisor está apagado. Digamos que elimina interferencias que haya cercanas a la frecuencia en la que trabajemos con nuestro emisor. Si lo ajustamos en una posición alta eliminaremos muchas posibles interferencias, pero también disminuiremos la distancia de recepción, así que si nos vamos a alejar del receptor tendremos que probar a ver cual es el límite de apertura.
Como ves, he puesto imágenes de aparatos muy sencillos, de los que no tienen muchos más parámetros, pero que hoy en día, tienen una calidad más que suficiente para unas necesidades básicas sin que nos den ningún problema.