03 octubre 2011

cordón de emergencia

Demócrito sostenía que la realidad estaba compuesta por dos tipos de espacio: uno vacío y otro lleno. Es la misma teoría que mi cordón de emergencia.

Se trata de un cordón grueso de algodón con un nudo corredizo. Te lo colocas a modo de corbata y la parte corrediza del nudo sirve para colgar en él un micrófono de cable. Sí, ese micro que el organizador de la actuación te había dicho por teléfono que era un fantástico micro discreto de solapa...

Ya lo sé. Suena un tanto "cutre". Pero es realmente lamentable ver a un cuentero-malabarista tratando de esquivar con las pelotas un pie de micro con su brazo y alcachofa. Lo llevo siempre entre mis bártulos de cuentista y me ha sacado de unos cuantos apuros. Los micrófonos de mano no están hechos para llevarlos en la solapa, pero recogen lo suficiente para reforzar la voz y permiten más movilidad que un pie.

Este sistema "puntero" se lo vi utilizar por primera vez a Juan Tamariz en octubre de 1990 en el Teatro del Mercado de Zaragoza.

Recuerdo las risas tras una actuación en Granada con Amancio Prada, a quien yo conocí por mi versión de fabricante de micrófonos, en la que me tocó usar mi cordón de Demócrito (un agujero vacío que se llena con un micro).


Con Amancio Prada y Mario Gaviria, en casa de Mario.

Hubo bastante pitorreo, pero la actuación se salvó. Ahora siempre llevo en la maleta un inalámbrico... y un cordón.