30 julio 2011

¿qué sistema inalámbrico elegir?

Ya lo decía Galileo; No te compres un micro VHF sino un UHF.

De unos años a ahora he cambiado mi respuesta cuando alguien me pide consejo para comprar un inalámbrico. Antes tenías que gastarte seiscientos euros si querías un mínimo de fiabilidad.

En la Pai primero teníamos unos que emitían en VHF y era una locura conseguir que funcionasen. A raíz de un curso que hice sobre microfonía inalámbrica decidí construir unas antenas a medida de la frecuencia que usábamos y con plano de tierra. En definitiva, unos armatostes considerables que mejoraron la recepción de los micros... pero también de toda la "incipiente telefonía circundante". Recuerdo una actuación de en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, en la fiesta de carnaval infantil, en la que no pudimos utilizar ni uno sólo de nuestros cinco micrófonos.


Llegó el día en el que nos liamos la manta a la cabeza y nos hicimos con ocho extraordinarios Sennheiser. Son UHF y además muy resistentes. Tienen una calidad extraordinaria, pero eran caros. Son los que utilizamos en general en nuestros espectáculos de calle, como en "Arte Bailón" que funcionan unos cuantos a la vez.

De unos años a ahora han bajado los precios de otras marcas y modelos que utilizan una tecnología fiable. Nosotros tenemos otros dos micrófonos más de "marca blanca" que cuestan la quinta parte, construidos en plástico en vez de metal pero con los que he llegado a hacer sonar mi acordeón a setenta metros de los receptores sin pérdida de señal. 



Son los que utilizo para sonorizar el acordeón y para mi voz en "en la lengua floja" y en "debajo un telón" sin ningún problema.

Los micrófonos caros tienen más opciones en menús digitales donde normalmente los no entendidos se pierden y los tienen generalmente mal configurados. Si haces funcionar varios sistemas a la vez es muy importante no cambiar las frecuencias en las que trabajan. Puedes cambiar los canales, pero no las frecuencias, ya que cada receptor también emite en frecuencias secundarias, terciarias y cuaternarias y es fácil que interfieran en el receptor contíguo. De fábrica vienen ajustados los canales en grupos de frecuencias que no interfieren entre ellas y que es mejor no tocar. Los baratos fiables tienen pocas opciones de ajuste (normalmente cambio de canal y ajuste de ganancia) y son más sencillos de manejar cumpliendo muy dignamente su papel. Recuerda lo fundamental que es tener la cápsula bien colocada.



Resumiendo, por unos cien euros puedes hacerte con un conjunto de emisor-receptor UHF, que sea siempre UHF, pero que no te falle y sencillo de ajustar. La diferencia de calidad seguramente te va a resultar inapreciable. Luego le pones la cápsula que tú quieras y a correr... Pero si andas suelto de presupuesto y de conocimientos podrás sacar partido a un buen equipo.




19 julio 2011

El ajuste de la ganancia

Qué sabio era Platón, que ya en la antigua Grecia dijo: "De poco nos va a servir tener un micrófono bien colocado si luego no lo tenemos correctamente ajustado..."
Pues eso, que no hay nada más desagradable que estar viendo un espectáculo y que el sonido del micrófono suene sucio, distorsionado o saturado. Es casi peor que entrar a una tienda y que tengan la radio a tope y mal sintonizada. Y luego ¡venga a tomar ibuprofeno!

En teatro de sala a mi no me gusta que se note que hay un micro. Ni a la vista ni al oído. (Pero tampoco me gusta que se note que falte ese micro porque no se oye lo suficiente). Me gusta que suene lo más natural posible y al mínimo volumen que permita que la voz se entienda desde la última fila.
Para que el sonido llegue limpio al público tenemos que empezar ajustando la petaca del inalámbrico. Normalmente tienen un ajuste llamado "gain" o "sensib" o incluso un conmutador "line/mic". 
Y los receptores de los inalámbricos suelen tener un indicador del volumen del micrófono, o cuando menos una lucecita roja que se enciende si llega demasiado volumen. Si estamos usando un micrófono colocaremos el interruptor (si lo lleva) en "mic" y ajustaremos la ganancia ("gain" o "sensitivity") al mínimo. Entonces comenzaremos a hablar. Mejor dicho, a gritar. A soltar nuestros hipogritos huracanados mientras subimos poco a poco esa ganancia, el volumen que estamos enviando desde la petaca del emisor, hasta que veamos que el indicador del receptor llega a tope. Y una vez ahí bajamos un poquito para que nunca llegue a ese volumen máximo. Si llega volumen de más sonará sucio o incluso puede dejar de sonar momentáneamente.

Si estamos utilizando un mezclador de audio tendremos otro ajuste de gain (o "TRIM") a la entrada del canal. Repetiremos aquí la operación; la pondremos al mínimo y subiremos poco a poco hasta que veamos que está a punto de llegar al tope cuando estemos en nuestro volumen máximo de voz. Normalmente los mezcladores tienen en cada canal un indicador llamado "peak" que se pone rojo si llega demasiado volumen. Si llega demasiada señal, demasiado volumen aun con la ganancia al mínimo entonces tendremos que bajar el nivel de salida del receptor (OUT o AF OUT).

Sobra decir que emisor y receptor tienen que estar ajustados en la misma frecuencia, en el mismo canal.

Hay otro ajuste al que normalmente no se le hace mucho caso. Es el SQUELCH. Es un supresor de ruido que tienen los receptores para actuar cuando el emisor está apagado. Digamos que elimina interferencias que haya cercanas a la frecuencia en la que trabajemos con nuestro emisor. Si lo ajustamos en una posición alta eliminaremos muchas posibles interferencias, pero también disminuiremos la distancia de recepción, así que si nos vamos a alejar del receptor tendremos que probar a ver cual es el límite de apertura.

Como ves, he puesto imágenes de aparatos muy sencillos, de los que no tienen muchos más parámetros, pero que hoy en día, tienen una calidad más que suficiente para unas necesidades básicas sin que nos den ningún problema.

10 julio 2011

Colocación del micro

Mi gran amigo Nicolás Buenaventura me contaba que al rodar su segunda película (el encanto de las imposibilidades) en Francia, le sorprendió que la jirafa con el micrófono no la llevase el becario de turno, sino el ingeniero jefe, el más preparado. Sabia decisión.

Un micrófono sencillo (léase barato) bien colocado, rinde mucho más que cualquier micrófono diez veces más caro pero mal colocado. Y más cuando lo utilizamos para directo, no para grabación, donde no se justifica la diferencia de precio por una inapreciable diferencia de calidad. Merece la pena dedicar mucho tiempo a colocar el micro en un lugar centrado del pecho (si es de solapa) a un palmo por debajo de la boca, apuntando hacia arriba (sobre todo si el micrófono es direccional) y con el cable sujeto también a la cintura para evitar que se desplace ante cualquier movimiento o tirón. Si llevo camisa me gusta pasar la cápsula por un ojal y fijarlo al pasar el botón. Queda muy discreto y con la seguridad de que no se va a caer. Si hay que colocarlo en una camiseta cerrada una buena opción es pasar el cable por dentro de la ropa, sacarlo por el cuello pero no colocarlo ahí, sino bajándolo hasta ese palmo de la boca. Para que no se gire es conveniente hacer un bucle con el cable y sujetarlo con la propia pinza al mismo tiempo que el cable que pasa por debajo de la ropa.



En "En la lengua floja" lo llevo oculto y bien sujeto entre las dos camisetas que llevo puestas. Jamás se ha movido ni ha hecho ruido por llevarlo rozando la ropa, pero claro, las camisetas son muy ceñidas.


Esta opción no me servía para "Debajo un telón", porque el vestuario es más amplio. Y porque en varios momentos hablo mientras toco el acordeón, con lo que el sonido quedaría muy descompensado. La solución pasaba por algo parecido a un micro de diadema, pero en teatro de sala, si no está justificado por el personaje... pues no. Así que rebusqué por el taller la cápsula más pequeña, y la integré en la parte inferior de la montura de las gafas. El resultado es muy bueno. Un sonido limpio de un micro que siempre está a la misma distancia de la boca y libre del aire espirado de la nariz.


En espectáculos de calle el asunto es diferente, ya que por lo general hace falta mucho más volumen que en sala y por lo general está asumido por parte del público que haya amplificación y micrófonos a la vista. Yo opto por diademas discretas, cómodas y ligeras. Sin ningún tipo de regulación, pero a la medida de cada actor. Diez actores, diez diademas adaptadas a la medida de cada cabeza, guardadas en cajas independientes. De cápsulas omnidireccionales, ya que recogerán menos variaciones de volumen en los movimientos de flexión y extensión del cuello. Y haciendo que la cápsula quede en la comisura de la boca en la sonrisa más forzada que pueda dar para que no recoja ningún pop (ruido grave de un golpe de aire emitido).

Noticias de la Isla


¿Un lujo? Asumible. Las diez diademas juntas han costado menos que cada uno de los micros sennheiser que compramos hace veinte años para "Automatic" (un espectáculo de juegos en una lavandería).


Pero claro, a estas diademas he tenido que hacerles unas pequeñas modificaciones para dejarlas "chapó" y que no se muevan de su posición.

06 julio 2011

Equipo mínimo para refuerzo de voz


Pitágoras sostenía que todas las cosas son números, y yo sostengo que cuantas menos... mejor.

En algunas ocasiones he necesitado un pequeño, muy pequeño, refuerzo de sonido para la voz y por distintas circunstancias tenía que ser lo más transportable posible. Desde hace un tiempo tenemos un equipo súper-portátil para interiores.

Se trata de un micrófono inalámbrico con cápsula de solapa cardioide (direccional) o bien una minúscula cápsula omnidireccional oculta en las gafas. El receptor se conecta directamente a unos pequeños (pero potentes) altavoces de ordenador (bose companion 2) y a hablar durante tres funciones seguidas...

La clave está en estos elementos:
  • Un cable que duplique la salida mono del receptor a los dos canales estéreo de los altavoces.
  • Un prolongador de 20m de cable para separar bastante los altavoces entre ellos y poder colocar uno a cada lado del auditorio.
  • Haber probado muchas cápsulas diferentes para elegir la que acústicamente mejor se adapte a la respuesta en frecuencia de los altavoces sin necesitar de ningún ecualizador ni mezclador.
A pesar de lo simple que parece el equipo te aseguro que suena realmente bien.


Este es el sistema que utilizamos en "Debajo un telón" cuando no actuamos en lugares bien equipados.

En otro momento escribiré sobre la importancia de colocar bien un micro.

05 julio 2011

Grabaciones "de campo"

Para Parménides la realidad era una e inmutable. La izquierda siempre será izquierda y no puede ser derecha. Y viceversa. Según todos los presocráticos ahí nacieros las grabaciones estereofónicas.

A veces he necesitado grabar audio en la calle de manera discreta, pero con buena calidad. El mejor sistema que he encontrado ha sido con un mini-disc portátil y un micrófono estéreo fabricado por mi. Quería conseguir tener la sensación al escuchar la grabación de estar en el mismo lugar en que la realicé.

En las fiestas del Pilar, en el parque Torrerramona (uno de nuestros espacios de juego),  yo iba con el resto de animadores del parque con la Dixie Rue del Percebe e hice esta grabación en pleno pasacalles. Te aconsejo que te pongas unos buenos auriculares.

El micrófono es muy curioso. Son dos cápsulas omnidireccionales colocadas en las patillas de unas gafas de sol. La propia cabeza separa el audio que llega a cada uno de los dos oídos. Por eso da la sensación al escucharlo de estar allí mismo, porque funciona exactamente igual que nuestros oídos.

Este micrófono resiste niveles de volumen muy altos, con lo que se puede utilizar en conciertos.
Aquí tienes una foto de cómo quedan las gafas. Y al final de este enlace tienes más grabaciones "de calle".

Salud

Presentación

Nace este blog para compartir los pequeños y grandes avances técnicos que he ido llevando a cabo. Trucos, artimañas y consejos para apañárselas de la mejor manera posible encima de un escenario sin sentir que, además de hacer lo que se está haciendo, uno tiene que pelearse con la técnica.
Iré contando.