28 abril 2017

Cosquillas sonoras

Aristarco de Samos tiró una primera piedra, tan lejos, pero tan lejos, que abrió la puerta a que grandes, como Giordano Bruno, sugirieran que había otros universos, lejanos...

Yo estuve un tiempo en otro universo, lejano también. Os pongo en situación: Este año volvimos a coordinar el espacio de juego para chavales durante las fiestas del Pilar. Nos sumergimos en un proyecto grande, muy grande, ilusionante y desafiante. El proyecto se llama Río y Juego. Elegimos el espacio de lo que fue la Expo Zaragoza 2008. Un lugar que había caído en desuso y que queremos revitalizar. En el proyecto vamos de la mano de la Fundación Ecología y Desarrollo y como no puede ser de otra manera tiene una carga importante de reutilización, economía circular... 

Hay más información en este enlace de nuestra web

Así de bonito quedó...



Pues bien, dentro del proyecto, me ocupé de crear un espacio de juego con una apariencia un tanto de cacharrería, jugando con medias botellas, latas, tapones de botellas... pero con una carga tecnológica importante. Creamos una serie de instrumentos musicales midi controlados por arduino con sensores capacitivos y otros resistivos. Os los presento:


Son cuatro espacios sonoros con distintos elementos de mobiliario que reaccionan, como las cosquillas en el cuerpo, al tacto… o a la sola amenaza de la mano. Distinto número de personas, de dedos, de presión, producirán diferentes efectos sonoros.


Teclíquidos
Teclados hechos en medias botellas que suenan al mojarte el dedo en el agua que contienen. Funciona con sensores capacitivos de contacto.



Intocablófonos
Instrumentos que suenan por aproximación de las manos. Se tocan sin tocar. En los tapones de botalla se cambia de instrumento. Sensores capacitivos de proximidad.



Tocablófonos
Bancos que producen melodías al tocar a la persona que tienes a tu lado. Funcionan por medición de la resistencia al cerrar el circuito.



Baterrías
Baterías táctiles de latas. Sensores capacitivos de contacto.



Más tarde, Diego Galaz, el virtuoso burgalés, se puso en contacto con nosotros porque quería tener un espacio con nuestros instrumentos dentro del Festival de intérpretes e instrumentos insólitos que dirige. ¡Y allí nos fuimos! pero con más chismes.

Con Ignacio Alfayé, compañero de tablas, estuvimos ideando varios instrumentos con una premisa; los tocase quien los tocase, sin tener ni idea de música, tenían que sonar bien. Son juegos sonoros, limitados musicalmente pero que permiten disfrutar a las orejas con poco esfuerzo. Allá van:

TRINO

Tres escalones de latas con cinco notas y un acorde por escalón, para improvisar melodías con acompañamientos automáticos.

Contado en profundidad; Cada grupo de cuatro o cinco notas de una escala musical compuesta por siete notas tiene un sonido diferente, igual que cada habitación de una casa es diferente de las demás. Juega a inventar melodías con cada uno de estos pequeños grupos que tienes en cada escalón mientras te acompañas con la otra mano. Esta es la base de muchas músicas en el mundo, como, por ejemplo, la árabe.
Cinco grados conjuntos, o pentacordo, en cada escalón, con un sencillo acorde a su izquierda para reforzar la fundamental. Entre la primera nota de cada pentacordo hay un intervalo de quinta justa. Cada pentacordo representa una restringida región de una gama de sonidos compartida por los tres, a la manera de las diferentes especies modales de una octava, pero en este caso con una extensión más reducida.



Pentatonik
Sobre latas de tónica jugamos en escalas pentatónicas con melodía y acompañamiento.

Contado en profundidad; Un instrumento para explorar la sonoridad de las escalas musicales de sólo cinco notas. Improvisa primero un motivo rítmico-melódico con el instrumento grave de la izquierda, y, cuando encuentres uno que te guste, repítelo mientras inventas melodías con el de la derecha. Se puede jugar entre dos personas. De esta manera se descubre el potencial de un sistema musical reducido a los mínimos elementos.
Con una paleta sonora reducida a las cinco notas de una escala pentatónica diatónica en el ámbito de dos octavas, el dodecatónico permite improvisar cualquier motivo melódico sobre un ostinato ejecutado al mismo tiempo con el pentatonik. Éste, a su vez, contiene las notas imprescindibles para resaltar la modalidad relativa menor. Debido a la ausencia de atracción generada por una nota sensible a distancia de semitono, podemos improvisar continuamente logrando continuamente una sonoridad perfectamente estable y armónica.




Huertófono
Tres bandejas con hortalizas y frutas con tres escalas diferentes, pero que crean armonías al tocar las mismas frutas en las tres bandejas.

Contado en profundidad; Toca melodías con acompañamiento automático. A cada fruta le corresponde una nota de la escala de Do. El instrumento central toca la melodía principal, y los otros dos sus notas complementarias aguda y grave, creando una armonía de notas diferentes que suenan bien entre sí, a la manera de muchos estilos populares de cantar entre varias personas a la vez.
El instrumento central contiene una escala heptatónica diatónica mayor de una octava de extensión. El segundo está afinado una tercera diatónica superior respecto al primero, y el tercero una tercera diatónica inferior, excepto en el caso del primer y segundo grado de la escala, en los que la distancia es de una cuarta inferior. Con esta afinación se logra una armonización paralela a tres voces, evitando, con la afinación a la cuarta inferior de las dos primeras notas del instrumento grave, que sobre el primer y segundo grado de la escala suenen un acorde menor y disminuido, respectivamente.



Duorromanticófono
Dos micrófonos que no sirven para cantar. Al tocarse los dos solistas la música se añade sola. En función de la presión cambia la melodía.


Y ya puestos me lié a hacer alguno más para utilizar en Artilogios. Así llegó el Ascensor. Funciona por ultrasonidos. Es pequeño, coqueto y autónomo.


Cosquillas, muchas cosquillas para Aristarco...